En Castillo de Cardiff en una tarde de febrero
Sólo a nosotros se nos ocurre visitar Gales durante el frío febrero, pero lo disfrutamos igualmente. Estuvimos concretamente en Cardiff, la capital, y uno de los mejores momentos que vivimos durante esos días fue cuando nos adentramos en el Cardiff Castle, el imponente y magnífico castillo que está situado en el corazón mismo de la ciudad. Te aseguro que al entrar caminaba despacio, imaginándome que llevaba puesto uno de esos pesados vestido de época y que, ante mi paso, los soldados daban un paso atrás mientras levantaban sus cabezas en señal de respeto y ponían bien derechas sus lanzas clavándolas en el suelo.
Si, sé que llevaba cara de alelada, pero es que no lo podía evitar, sobre todo cuando el guía, con una voz recia y estupenda y un marcado acento escocés no contaba, con un inglés propio de una obra de misterio de la BBC, la historia del castillo y de sus históricos ocupantes, (vamos, una gozada, aunque entender, entendí poco).
Claro que visitar este castillo, aunque en sí su estructura es muy antigua (se calcula que tiene más de 2.000 años y que lo levantaron los romanos), no supone un viaje a un pasado demasiado lejano (no tanto como a nosotros nos hubiera gustado). Hay que tener en cuenta que desde 1865 su nuevo dueño, el Marqués de Bute, utilizó buena parte de su incalculable fortuna, y mucha de su fantasiosa imaginación creativa, para remodelar esta fortaleza y construir así un mundo aparte para su familia. Y desde luego que lo consiguió.
Esta es la entrada del castillo. Así visto no impresiona mucho, lo sé, pero es como los grandes tesoros, has de abrirlo para admirar lo mejor.
Este es el exterior de la excéntrica «sala de fumadores» (sólo para hombres, según parece), cuyas paredes y vidrieras están llenitas de alegorías a los signos zodiacales y a los dioses nórdicos de los cuales derivaron los nombres ingleses de los días de la semana, (por ejemplo, de Thor derivó Thursday, eso sí que lo entendí). Una habitación fascinante, desde luego, por la explosión de símbolos y colores. Lástima que no se permitan tomar fotografías en el interior del Castillo.
Una vez recorridos aposentos, bibliotecas y pasillos, salimos de nuevo a la zona central de este Cardiff Castle. Y allí encontramos la Torre normanda, del siglo XII, la que fue vigía y terrible lugar de encierro de algún que otro ilustre personaje histórico.
Y subimos hasta lo más alto, si, por la escalera estrechísima del interior de la Torre. Si, esa por la cual los soldados más vigorosos seguro que bajaron a saltos más de una vez para avisar a su Señor que el implacable enemigo atacaba con el inquebrantable propósito de conquistar lo más alto del Castillo… ¡Que pena tener que dejar este lugar!, ¡que lástima no tenerlo más cerquita de casa!, ¡que injusto no poder vivir en uno así!
¿Quién sabe?, puede que algún día…
MUY BELLAS FOTOS Y LA VERDAD QUE SI ME ENCANTARIA CONOCER ESTOS LUGARES
SON UN SUEÑO Y COMO SABEN TODO LO Q.SEA FOTO
Y VIAJES ME ENCANTAN OJALA DIOS UN DIA ME DE CON LA DICHA DE PODER REALIZARLOS BESOS A TODOS
ELI DE ARGENTINA…