Santorini en fotos, donde cielo y mar se funden
Si tuviera un diario de viajes donde apuntara mis lugares soñados, Santorini estaría en uno de los lugares preferentes pues es de esos sitios que me gustaría pisar al menos una vez en mi vida. Recorrer el mundo es una de mis pasiones y de mis sueños; siempre, aunque no vaya estoy pensando en cosas que podría hacer, en lo que haría en éste o aquel sitio, y procuro empaparme de cada libro y cada fotografía para extraerle todo su jugo, guardando todo lo que pueda en mi ansiosa memoria para mis próximos viajes.
He visto muchas fotos de amaneceres, pero probablemente entre los tres mejores lugares del mundo para ver la salida del sol (y la puesta, claro está) está esta pequeña isla de las Cícladas, en Grecia, Santorini.
Su curiosa forma la debe a una gran explosión volcánica que le costó que una buena parte de la isla se hundiera bajo el mar. Tuvo que ser aterrador aquel momento; ver desaparecer en un instante aquella buena porción de tierra. Hace ya más de 3.500 años de aquéllo y de aquel triste suceso sólo quedó la inmensa caldera salvaguardada por imponentes acantilados que dan al mar Egeo.
Pero lo que en su día fue una desgracia, hoy ha permitido a Santorini convertirse en un excelso mirador que desde las alturas domina el horizonte como si de un observatorio se tratara. Desde la blancura de sus terrazas hoy día se puede admirar la salida del sol o el ocaso en un línea que se vuelve difusa por el intenso azul del mar y el cielo.
Firá es la capital (o Thira) y se encuentra virtualmente suspendida sobre el mismo abismo al mar. Frente a ella, Thera, Thirasia y Aspronisi, los tres pequeños islotes que han quedado prácticamente como boyas señalizadoras de la catástrofe de hace miles de años.
Sin embargo, lejos de parecer abandonada en el tiempo, Firá nos muestra las ganas de vivir de los griegos, con fiestas, con bailes, con música, con ambiente, y con sus más de 500 iglesias que se reparten por toda la isla.
Pero es la blancura de sus casas, el empedrado de sus calles, los tejados azules lo que hace tan bonita a Santorini. Es una continua sucesión de óleos que se pasean ante nuestros ojos para mostrarnos radiante su belleza. Terrazas y más terrazas donde tomar algo sin mirar el tiempo, solamente observando el paisaje…
Abismos de casi 300 metros de altitud que se pierden a nuestros pies, donde a lo lejos, como minúsculos puntos que colorean el mar, atracan los muchos cruceros que se acercan a la isla para acercar a los cientos de turistas que inundarán sus calles…
No me queda más que dejaros que admiréis también vosotros el sol griego desde las terrazas de la ciudad gracias a estas otras preciosas fotos de Santorini.
que hermosura los quiero en mi correo
El lugar soñado por mí toda la vida, es Ver SANTORINI y luego morir!! Hermoso.
Visitar Santorini fue una experiencia maravillosa